Día del maestro.

 Os deseamos, a todos los profes del mundo y en especial a los de nuestro colegio Catalina de Foix, los alumnos de Religión Católica, porque....
 Gracias, queridos profes, por darnos las alas que necesitamos para volar....
Sabemos lo fuertes que sois, pero si alguna vez os lo ponemos muy, muy difícil
 y sentís que perdéis las fuerzas, pedir a Dios con esta oración, Él con su fortaleza infinita os ayudará.

 Y también recordamos, cómo no, en este día, al más GRANDE DE LOS MAESTROS, JESÚS DE NAZARET.


En el día de San José de Calasanz, Patrón de los maestros de escuela.



Fué el primer hombre en crear un sistema educativo gratuito a cualquier niño de cualquier clase social y de cualquier culto religioso.
Aquí tenemos una  breve información sobre su vida, fue un gran hombre, también es santo  patrón  de los niños.

LA VIDA DE SAN JOSÉ DE CALASANZ 

     José de Calasanz nace en Peralta de la Sal, un pueblecito aragonés de la provincia de
Huesca. Corre el año 1557, es decir, el siglo XVI.
     Sus padres se llaman Pedro Calasanz y María Gastón. Es el más pequeño de una
familia muy numerosa, tiene nada menos que ocho hermanos.
     Desde muy pequeño le gustó estudiar, jugar con sus amigos, y ser un buen, buen
“colega” de Dios.
     Por eso, salió de su pueblo y se fue a otros más grandes que le ofrecían la posibilidad
de seguir sus estudios: Estadilla primero, y las universidades de Lérida, Valencia y Alcalá de
Henares.
     Un día, José descubrió que Jesús era su Gran Amigo y prometió estar siempre con él y
no dejarle nunca, por eso se hizo sacerdote.
     Se marchó a Roma, que está en Italia, y al poco de estar allí se dió cuenta de que los
niños que tenían dinero podían ir a la escuela y aprender muchas cosas; pero los pobres, a
los que nadie quería, no tenían ni dinero ni podían asistir a clase.
     Eso a José no le gustó nada, y pensó.....
     “Yo estaré al lado de los pobres, abriré escuelas y los que menos tienen podrán
aprender muchas cosas, tener un oficio, y ser útiles”
      Y así fue: José abrió su primera escuelita en barrio de Roma y la llamó “Santa
Dorotea”.
      Después abrió muchas otras en Roma y en toda Italia.
     Como muchos vieron que lo que José hacía estaba muy bien, quisieron ayudarle y vivir
como él, siendo buenos “colegas” de Jesús y de los niños pobres.
     Así se unieron a él muchos amigos y nació la familia de los amigos de José, que son
los Escolapios.
     José murió muy ancianito, 92 años, rodeado de niños, de amigos escolapios, y junto al
Gran Amigo de toda su vida: Jesús.
     Después de muerte de José, sus amigos escolapios continuaron su obra: siguieron
anunciando que Jesús es el gran amigo de todos a los más pequeños, abriendo escuelas por
toda Europa.

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